En nuestra
parroquia tenemos, gracias a Dios, a dos sacerdotes que entregan su vida
siguiendo a Cristo y sirviendo a los demás. Son el párroco Ignacio López Ortega
y el vicario pastoral Iban Munilla Ereña. Estamos acostumbrados a verlos, a
dialogar con ellos, les escuchamos en las homilías y aprovechamos su
disponibilidad para llevarles muchas de nuestras preocupaciones y limitaciones,
especialmente en la confesión.
Ellos son PIEDRAS VIVAS del templo que es
nuestra iglesia local, y desean ayudarnos en nuestro camino de santificación.
Para profundizar en esta su tarea y misión traemos hoy unas palabras del Papa
Benedicto XVI, que pronunció en la audiencia general del miércoles 5 de mayo de
2010 en la Plaza de San Pedro.
La identidad y la misión del Sacerdote:
Anunciar la Palabra y administrar los Sacramentos
"Queridos hermanos y hermanas:
Quisiera hablar hoy de la misión de
santificar de los sacerdotes. Santificar una persona significa ponerla en
contacto con Dios, con el ser de Dios que es verdad absoluta, bondad, amor y
belleza. Esto no puede venir como fruto del
esfuerzo del hombre, sino que es Dios mismo quien lo realiza. Parte esencial de
la gracia del sacerdocio es el don y la misión de crear este contacto, que se
realiza en el anuncio de la palabra de Dios y, de un modo particularmente
denso, en los sacramentos. En efecto, la salvación sólo la podemos recibir de
Dios, que nos atrae y obra en nosotros por medio de realidades materiales, que
Él mismo ha escogido. Es preciso, pues, que los sacerdotes se dediquen con
generosidad a la administración de los sacramentos, a dar a sus hermanos el
tesoro de gracia que Dios ha puesto en sus manos, no como dueños, sino como
servidores. Y, junto a esto, ayudar a los fieles a vivir plenamente la
liturgia, el culto y los sacramentos como don divino gratuito y eficaz para la
salvación."
Papa Benedicto XVI